Según un estudio realizado en España y presentado recientemente por la Fundación Daniel & Nina Carasso (2017), se detecta una mayor preocupación por la alimentación saludable en la población. Los españoles estamos dispuestos a cambiar de hábitos especialmente por motivos de salud, aunque también por la pérdida de sabor en los alimentos producidos de forma intensiva, o por un posible impacto negativo en el medioambiente.
Sin embargo, debido al ritmo de vida actual, nos cuesta poner en práctica los deseos de practicar la citada alimentación saludable. Implementar herramientas que permitan comer sano a las personas, repercutirÃa positivamente en la economÃa del paÃs. En tal caso, habrÃa una población más sana y con menor gasto sanitario.
La dieta diaria per se, es la herramienta más cercana que disponen las personas. Existen enfermedades que pueden prevenirse o mejorarse con una alimentación saludable.
La primera causa de mortalidad en el siglo XXI continúa siendo la enfermedad cardiovascular. La dieta mediterránea a base de cereales, frutas, legumbres, verduras, hortalizas, pescados y aceite de oliva, ayuda a prevenir esa enfermedad en particular y otras como la obesidad, la diabetes tipo 2, la enfermedad mental y el cáncer. Su riqueza en antioxidantes, su contenido alto en ácidos grasos monoinsaturados y bajo en ácidos saturados, son algunos de los beneficios de esta dieta.
La alimentación comienza con el cultivo, la selección y la preparación del alimento, terminando con su presentación y consumo. Todo este proceso lleva su tiempo.
Para alimentarnos correctamente, el consumidor debe elegir el punto de venta que le asegure una saludable selección de alimentos, y cuya cadena de producción se adapte a sus exigencias. También debemos almacenar y procesar correctamente los alimentos para que nos aporten el máximo de nutrientes. Finalmente, es recomendable que el acto de comer los alimentos sea lo más pausado posible para que podamos asimilar todo su valor nutricional adecuadamente.
Es más que recomendable comer despacio, masticando y saboreando pequeños trozos que nos permite apreciar el olor, la consistencia, la textura y la temperatura del alimento. Hay bases fisiológicas en el mecanismo de la digestión que explican que comer lentamente ayuda a sentirse saciado (no solamente la cantidad o la calidad nutricional de esa comida). El mecanismo de las hormonas de la saciedad necesita su tiempo.
Cada vez dedicamos menos tiempo al mencionado proceso de alimentarse. Lo cierto es que el estrés y el ritmo de nuestras vidas durante la semana nos conduce a dejar la alimentación, en muchas ocasiones, como última prioridad. Comemos rápido delante de la pantalla del ordenador u optamos por picotear algo en poco tiempo.
El sector de la restauración cobra importancia como herramienta de los ciudadanos para practicar una alimentación saludable, dado que muchos trabajadores comen fuera de sus casas (6 de cada 10 españoles). La responsabilidad de este sector es grande a la hora de ofertar alimentos, proponer recetas y presentar información al consumidor. Algunos restaurantes destacan por ofrecer menús saludables a un precio más que asequible, facilitando asà la alimentación sana.
Una buena opción para el dÃa a dÃa es preparar una fiambrera con comida casera para tomar en la oficina. Los bocadillos con pan integral preparados en casa, también son una opción ocasional más sana que la comida envasada. Si tomas un menú saludable en un restaurante, mejor que incluya verduras y legumbres como alternativa y que la fruta esté presente en el postre. Toda la información nutricional necesaria sobre las recetas deberÃa de estar disponible, ya sea a través de sus trabajadores, en la página web del restaurante o en la carta.
¡Escoge un menú saludable a diario y no olvides tomarte el tiempo necesario para tomarlo!
Paula Saiz de Bustamante
Farmacéutica Especialista en Nutrición.
Para Health&Go